Hace ya bastante tiempo que os hablamos del esfuerzo que está haciendo la Administración Pública y los diferentes organismos privados para cambiar los hábitos de alimentación de los niños a través del vending.
A nivel logístico, utilizar la red de vending es una de las formas más rápidas y eficaces para hacer llegar este tipo de alimentos sin tener que realizar una inversión demasiado grande y compleja.
El compromiso es tal que hay comunidades autónomas como la Comunidad Valenciana que está elaborando un decreto ley donde prohibirá los alimentos que provocan obesidad y diabetes como los refrescos azucarados, bollería refinada, etc. A partir de ahora sólo se podrán vender yogures bajos en grasas, productos sin azúcar añadido, fruta fresca, pan integral o leche desnatada/semidesnatada.
Otro de los límites que impone la Comunidad Valenciana es que ningún producto puede superar las 200 calorías por porción, así como el nivel de grasas que no debe superar el 35% del total.
Y es que, la obesidad infantil ya afecta al 40% de todos los niños y se diagnostica cada vez a edades más tempranas. Euna obligación de los adultos proporcionar una alimentación sana y equilibrada a nuestros hijos, por lo que no es responsable poner al alcance de los niños snacks ricos en azúcar y grasa sin ningún tipo de supervisión o alternativa saludable.
De todas formas, estos esfuerzos no son nuevos, ya en 2011 se aprobó la Ley de seguridad alimentaria y nutrición que prohibía la venta de productos poco sanos en centros escolares e institutos, el problema es que es una ley que no se aplica, por lo que se tiene que recurrir a la vía de las sanciones económicas para promover su práctica.