Una de las cosas que siempre han resultado más curiosas del vending es la capacidad que tiene el sector para adaptarse en todo tipo de entornos y la posibilidad que ofrece para distribuir, literalmente, cualquier tipo de objeto, bien o servicio.
Hoy nos ha llegado la noticia de un operador de vending japonés que ha comenzado a vender origami por todo el país asiático. Un tipo de figuras que causan sensación tanto a nivel artístico como entre los amantes de las matemáticas, la geometría y las manualidades.
Esta máquina de vending está situada en Uchiko, una pequeña zona rural con 16.000 habitantes dentro de la prefectura de Ehime. Su dueño vende 18 diseños que van rotando a lo largo del año y que han provocado que una legión de visitantes revolucione la tranquilidad de su pueblo. Todo gracias a una turista que subió una foto a Twitter, consiguiendo 23.000 me gusta y 15.000 retweets.
Otra de las curiosidades que están acaparando más titulares viene desde el otro lado del mundo, ya que la agencia Space 150 ha creado la primera máquina de vending de bolas de nieve. Estas bolas cuestan 1 dólar y están envasadas para llevártelas de recuerdo o para tirárselas a tus amigos.
La iniciativa de esta empresa norteamericana es la de conseguir beneficios para la asociación local Wilderness Inquiry, especializada en crear vacaciones en diferentes entornos naturales que combina lo mejor de disfrutar del tiempo libre con el cuidado de la naturaleza, los animales en peligro y, adaptando todo para las personas con problemas de movilidad u otro tipo de discapacidad.
Si ya hace unas semanas os hablamos de como se suele utilizar el vending para introducir nuevos productos en el mercado por su estupenda red de distribución, ahora parece que son otras empresas “atípicas” las que están utilizando los beneficios del vending para conseguir ruido mediático y promocionar su causa.