A pesar de ser un sector rentable que mueve miles de millones al año, la industria del café lleva años arrastrando ciertos problemas que pueden poner en juego la sostenibilidad de todo el sistema. La fluctuación de precios, las diferencias entre el precio que paga un consumidor final y el que reciben los agricultores, o el cambio climático son retos que deben abordarse cuanto antes.
La sobreproducción de Brasil y los problemas económicos de África o Centroamérica son también factores que están afectando a la industria mundial del café. Y es que, mientras que el consumidor final está soportando un aumento continuo de los precios, el precio del café en los mercados ha marcado su mínimo histórico de 10 años.
¿Qué significa esto? Entre otras cosas que el precio medio que recibe un agricultor ha bajado casi a la mitad desde 2016, lo que hace que muchos agricultores no puedan mantener su negocio y tengan que abandonar la producción de café.
Actualmente, más de 21 millones de familias viven del café en todo el mundo, una cifra que refleja la importancia que tiene este sector para la economía de muchos países. Sin embargo, reciben menos del 10% de los ingresos que genera la industria a nivel mundial.
Ahora mismo la demanda de café crece a un ritmo de un 2% anual, por lo que es imprescindible proteger a todos los eslabones que conforman las cadenas de este sector. Si no lo hacemos, no tardaremos muchos años hasta que la demanda supere a la oferta y la escalada de precios se acelere.
¿Qué opinas de este tema? ¿Crees que las diferentes partes de la industria del café deberían remar juntas en la misma dirección para proteger la viabilidad global del sector?