Del mismo modo que el vino es una de las claves en los restaurantes de alta cocina, ahora estos establecimientos están empezando a incorporar variedades de café excepcionales para continuar atrayendo clientes y compensar la bajada de ingresos.
Es de conocimiento público que mantener un restaurante con estrellas Michelin no suele ser muy rentable. El alto precio de las materias primas con las que trabajan, la importación de productos exóticos y los métodos para su procesado hacen que, aunque el precio de los platos sea elevado, el margen de beneficios sea ínfimo.
¿Sabías que una cocina de un restaurante con alguna estrella Michelin tiene un mínimo de 20 a 30 trabajadores?
Los clientes de alta gastronomía son exigentes y llevaban tiempo demandando un café gourmet a la altura de las expectativas. No tiene sentido consumir un menú degustación de 250€, una botella de vino de 400€ y que después nos sirvan un café genérico que podemos comprar a la vuelta de la esquina en cualquier tienda.
La nueva apuesta por el café de alta calidad tiene como objetivo integrarlo dentro del propio menú principal, cuidando aspectos tan complejos como su origen, la técnica de preparado y también su presentación en la mesa.
Utilizando cafeteras de última generación o métodos de preparación tradicionales, la preparación del café se está convirtiendo en un espectáculo muy deseado por los bolsillos más generosos.
Otro de los factores que han cambiado dentro de la alta cocina es que ahora el café ha pasado a ser un ingrediente más a la hora de explorar y crear nuevos platos para sorprender a la crítica y público. Tradicionalmente, el café se ha usado de forma limitada para crear postres, y ahora se está usando incluso para recetas saladas, picantes, así como carnes y salsas.
Ya sabes, si quieres potenciar el sabor de tus verduras o crear una salsa que deje asombrados a tus invitados, el café puede ser tu mejor aliado.