El coworking como negocio lleva años asentado en las grandes ciudades como una de las mejores formas de compartir espacios de trabajo sin tener que hacer un gasto excesivo en alquiler. De hecho, esa quizá la principal ventaja que nos viene a la menta cuando nos preguntamos qué es un coworking.
La mejor forma de comprender para qué sirve el coworking es probarlo en primera persona. La facilidad para que surjan sinergias, la colaboración entre distintos profesionales, la posibilidad de contar con un espacio de trabajo equipado y la reducción de costes fijos son elementos que han impulsado al coworking como negocio hasta tal punto que hay empresas que directamente no cuentan con oficinas propias.
Si en un principio el coworking se popularizó entre las empresas digitales y las del sector tecnológico, lo cierto es que en los últimos años este ha ido ampliando horizontes y conquistando a pequeñas y medianas empresas de muy diferente índole.
Y es que, alquilar un espacio de coworking va mucho más alla de ahorrarse el alquiler mensual de una oficina. El coworking es una oportunidad para crear una red de contactos, te permite formar parte de una comunidad de profesionales de tu mismo campo y te da una flexibilidad que no existe en otro tipo espacios de trabajo.
Otra de las ventajas del coworking es que permite a todas las personas que trabajan desde casa disponer de un espacio externo donde despejarse cada cierto tiempo sin interrupciones. Es perfecto para esas ocasiones en las que necesitamos aislarnos y alejarnos de las interrupciones típicas del hogar o simplemente necesitamos un cambio de aires para recuperar la creatividad.
Los espacios de coworking potencian la productividad y nos ayudan a transmitir una imagen más profesional cuando no contamos con los recursos para mantener una oficina a tiempo completo.
¿Conocías este tipo de espacios de trabajo? ¿Prefieres trabajar en casa, en una oficina tradicional o en un espacio de coworking?