Imagina que quieres abrir una cafetería en un país donde el café nacional es un orgullo y donde la gente de a pie siente desprecio por las franquicias y todo lo que suene a prefabricado. Tienes dos opciones: abrir pequeñas cafeterías sin invertir mucho dinero para tantear el terreno o, como en este caso, abres una mega cafetería de casi 8.000 metros cuadrados para convertirte en un espectáculo para los sentidos.
El Palazzo delle Poste, un edificio que forma parte de la Central Milán, ha visto como una de las principales cadenas del mundo de café ha abierto una sucursal gigante para llamar la atención de todos los turistas y locales de la zona.
No se trata de una cafetería en sí, sino que es una celebración de la cultura del café, con espacios únicos y una gran cantidad de curiosidades que tendréis que descubrir en persona. Café premium exclusivo, introducción al proceso de cultivo y fabricación del café, máquinas gigantes, suelo de mármol antiguo o un horno de leche enorme que te deja con la boca abierta son solo algunos de los atractivos de este nuevo local.
Con esta inversión, lo que en un principio sería una simple cafetería se ha convertido al instante en un punto turístico que atraerá a miles de visitantes que adoran el café, así como a otros tantos que simplemente se acerquen por curiosidad y por la belleza del edificio.
Al final, la moraleja de esta historia es que si quieres triunfar en un mercado maduro tienes que empezar a vender experiencias y no un producto en sí.