Lo que en un primer momento se percibió como una amenaza para el sector, ha terminado por convertirse en una oportunidad para diversificar el mercado del vending. Tras la petición de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para reducir el consumo de azúcar, son muchos los gobiernos europeos que introdujeron una tasa para los refrescos azucarados, pero ¿han bajado realmente las ventas?
La verdad es que este tipo de medidas son beneficiosas para el Estado como ya hemos visto en el caso de Portugal, que se embolsa más de 80 millones de euros al año por esta medida. Sin embargo, el consumo en términos generales no decae, ya que tras la bajada de ventas inicial muchos operadores aprovecharon para introducir bebidas naturales y refrescos más sanos que han incrementado las ventas.
Como indica Genoveva Sánchez, responsable de comunicación de la Asociación de Fabricantes de Refrescos, el factor del precio no siempre es determinante a la hora de cerrar una venta. Los clientes son mucho más sensibles a elementos como el respeto al medio ambiente, la eficiencia energética, utilizar envases reciclables, utilizar ingredientes orgánicos y que existan opciones para personas alérgicas y con problemas de intolerancia.
Por lo tanto, podemos concluir que el impuesto al azúcar no ha supuesto una disminución de las ventas y que el sector del vending sigue por buen camino. Lo que sí es cierto es que estamos viendo un cambio en los hábitos de consumo de las personas, una corriente saludable que le está proporcionando grandes beneficios a la industria alimentaria porque los márgenes de este tipo de productos son más altos.
Tras el impacto inicial las ventas han vuelto a la normalidad, ¿a qué retos se enfrentará el vending en los próximos años?