¿Sabías que el café ya se menciona en épocas tan tempranas como durante la Grecia Clásica? Filósofos e historiadores mencionan repetidamente la utilización del café o sus propiedades tan características.
De acuerdo a la mitología griega, el café se originó cuando Helena, hija de Zeus, que por aquellos entonces era el dios más poderoso del Olympo, preparó una nueva bebida capaz de “robar la pena y la ira de su aguijón, desterrando todos los recuerdos dolorosos”. Haciendo clara alusión a la capacidad del café de revitalizar el cuerpo y la mente de las personas cansadas y sin vitalidad, a la vez de mejorar su estado anímico en todos los niveles.
El hecho de estar incluido en varias de las obras más importantes de la época, ha provocado que, con la influencia de la cultura griega a lo largo de los siglos, el café no haya caído en el olvido sino que haya aumentado su presencia a lo largo y ancho del globo, hasta convertirse en una bebida tan popular que sólo el agua puede hacerle sombra.
La literatura clásica ha jugado un papel esencial en la expansión internacional del café
La influencia que sigue teniendo la literatura clásica en la actualidad es sólo el reflejo de la pasión que sentía la sociedad de entonces por la cultura y el arte. Como único método posible para transmitir el conocimiento de forma correcta, se invertían importantes recursos en potenciar la creación obras o la transcripción de mitos e historias populares.
Una de las grandes novedades entonces fue la documentación exhaustiva de las investigaciones que se hacían, o las cosas que se aprendían al tomar contacto con una nueva cultura de un país vecino. Si bien es cierto que esto ya se hacía muchos años antes, no fue hasta la época dorada de Grecia y, posteriormente durante el Imperio Romano, cuando se adquirió como regla esencial.
A raíz de este “gen” explorador, amante de la cultura y con la inquietud de establecer nuevas rutas comerciales para generar riqueza a través del intercambio de productos entre países, el café dio su pistoletazo de salida.