Si alguna vez te has preguntado por qué es tan difícil encontrar una cafetería en España donde sirvan café especialidad o donde el proceso de elaboración sea muy bueno, tenemos que decirte que no es imaginación tuya. Las cafeterías españolas tienen dos problemas: el café torrefacto y la leche.
El principal error, y que heredamos de la Guerra Civil, es el uso del café torrefacto. Es un tipo de café que se tuesta con azúcar para que esta cree una película protectora alrededor del grano y pueda ser almacenado durante más tiempo. El problema que tiene es que se pierden matices y el sabor es muy fuerte.
El segundo problema que señalan los baristas es la leche. Para que un café como un espresso, un capuchino o un latte tenga un sabor excelente es muy importante que la leche sea fresca y entera. Sin embargo, en España la leche UHT tiene un 95.6% del mercado, lo que hace prácticamente imposible disfrutar de un café tan rico como el que sirven en países como Reino Unido o Grecia.
Una vez más, la leche UHT se utiliza porque al ser hervida a altas temperaturas dura más tiempo y el coste baja. Algo bueno para nuestros bolsillos pero malo para los paladares más exigentes.
Por suerte esto está cambiando. Con la entrada de las nuevas generaciones dentro del mercado de café, los empresarios se han dado cuenta que la demanda para consumir café de gran calidad aumenta a pasos agigantados. Los jóvenes no consumen una taza de café sólo por “despertarse”, el café es un acontecimiento social que sirve como excusa para reunirse con los amigos, y en un entorno acostumbrado a pagar 8-12€ por una copa, que el café pase de 0,80€ a 3 o 4€ no es un problema.
Hace poco os hablábamos de los millenials y de como la importancia del origen del café y su calidad se habían convertido en factores de compra más importantes que el precio.
¿A ti qué café te gusta más? ¿Hay leche fresca o café torrefacto en las cafeterías que frecuentas?