En los últimos años hemos visto como la industria cafetera ha encontrado un enorme filón con la comercialización de las cápsulas de café. La promesa de café “siempre fresco” y la sencillez de uso, han sido motivos suficientes para que el mercado cafetero adopte ese sistema con rapidez. Entonces, ¿por qué quiere prohibirlo la Unión Europea?
La prohibición de las cápsulas de café obedece al compromiso de la Unión Europea para proteger el medio ambiente y reducir la tasa de residuos que se generan por habitante. A pesar de que las cápsulas de café se fabrican en plástico y aluminio reciclable, el porcentaje de usuarios que realmente lleva las cápsulas vacías a un punto de reciclaje es tan reducido que estas cápsulas se han convertido en un problema grave para el medio ambiente.
Las plantas de reciclaje en España y gran parte de Europa no están preparadas para reciclar productos como estas cápsulas, lo que hace que se mezclen con residuos orgánicos y se acumulen por toneladas año tras año. De hecho, Hamburgo ya prohibió hace años el uso de cápsulas de café y esta corriente no ha dejado de extenderse ciudad tras ciudad desde entonces.
La Unión Europea recomienda instalar máquinas de vending como alternativa en oficinas, hospitales, estaciones de tren, aeropuertos y edificios gubernamentales, etc, ya que las máquinas de vending modernas suelen tener depósitos de café, son mucho más eficientes a nivel energético y los operadores de vending pueden utilizar materiales respetuosos con el medio ambiente.
Si estás pensando en comprar una nueva máquina de café para tu oficina de trabajo, tal vez sea un buen momento para plantearse alternativas a las cápsulas de café.