Una de las zonas más conflictivas a la hora de distribuir artículos de alimentación y refrescos es, sin duda alguna, los centros escolares y los colegios donde hay menores de edad.
La alimentación de los niños es un tema espinoso que está levantando muchas ampollas, por lo que es común ver como continuamente se están haciendo cambios en el sistema para que mejoren las costumbres de los niños, mientras que al mismo tiempo se hacen importantes cambios en el acceso a los alimentos sanos.
¿Quién controla el tipo de alimentos que toman los niños que no van al comedor escolar?
Los últimos avances en vending están permitiendo llevar a las escuelas alimentos sanos y frescos a diario: bebidas frías o calientes, fruta, ensaladas y sandwiches naturales; y educar a los niños desde pequeños a comer de forma equilibrada.
Tenemos que eliminar la imagen del vending y los refrescos azucarados, porque la realidad es distinta. Cada persona puede elegir el tipo de alimentos que se distribuyen y, con poco esfuerzo, se puede conseguir que los alumnos de un colegio tengan acceso a comida y snacks de calidad.
La etapa de educación obligatoria es complicada porque en la mayoría de centros no se les permite a los alumnos salir del edificio para comprar comida, por lo que si no hay cafetería, la mayoría de personas se decantan por traer bocadillos, nada de fruta, verdura o proteínas de calidad.
¿Cuántos de nosotros preparamos tupper con comida equilibrada para llevar al colegio?
Por desgracia, el ritmo de vida que llevamos hace que sea muy difícil controlar la alimentación de toda la familia, menos aún si tenemos que realizar platos distintos para cada miembro de la unidad familiar.
Del mismo modo que en muchas universidades ya podemos comprar fruta fresca o ensaladas de pasta, creemos que el vending saludable es una apuesta segura para los centros escolares.