Que la hostelería y los comercios de este sector están pasando por un momento delicado es algo que no se nos escapa a nadie. El covid y sus consecuencias económicas llevan haciendo mella en los negocios de hostelería durante más de un año y ha hecho que muchos incluso tengan que cesar su actividad de forma permanente.
En un gran número de ocasiones nos hemos hecho eco de noticias de éxito sobre negocios que han incorporado el vending dentro de su modelo productivo y han conseguido mejorar con éxito los ingresos económicos y el flujo de clientes que acude al establecimiento cada día.
La distribución automática y el vending suponen mucho más que innovación, son una forma de diversificar los ingresos fijos de un negocio y, por la situación actual, en muchos casos las máquinas de distribución automática se han convertido en la única fuente de ingresos de muchos negocios.
España es un país que depende enormemente del turismo para que su tejido productivo y comercial se mantenga sano, al cortar de raíz con la fuente de ingresos desde arriba, se ha iniciado una cuenta atrás en la que los comercios con menos poder adquisitivo que no pueden hacer frente a los gastos fijos están cerrando día a día de forma permanente.
Incorporar vending a un negocio de hostelería tiene un impacto positivo inmediato. En el aspecto económico se traduce en un mayor número de ventas, pero también es beneficioso porque atrae a la parte de la población que aún a día de hoy no quiere entrar en cafeterías y restaurantes por la alerta sanitaria. Clientes que sí compran en vending por la rapidez de este sistema y la eliminación del factor humano para conseguir un producto.
Los pequeños negocios de restauración tienen que aprovechar la situación actual para hacerse más competitivos e integrar todos los elementos que puedan proteger la salud de su negocio a largo plazo. La distribución automática es una ayuda real hoy y una inversión que a medio y largo plazo seguirá dando un retorno importante para todos los comercios.