Poco hubiésemos imaginado hace tan solo unos meses que cuando hablábamos de la importancia de los espacios de vending en los hospitales y centros de salud íbamos a ver una situación como la actual. El COVID-19 ha puesto en jaque a los restaurantes y cafeterías de todo el país. Ahora que las cifras de contagio van a la baja y parece que lo peor ha pasado, es buen momento para analizar el papel que ha tenido el vending a la hora de absorber la actividad que normalmente tienen las cafeterías y restaurantes de cualquier hospital. Y es que, para evitar aglomeraciones en espacios cerrados, todos los restaurantes y cafeterías han estado cerrados al público y han cesado su actividad por completo.
En un hospital encontramos varios perfiles de clientes de vending: Las personas que acuden a una revisión y pasan solo un par de horas, los que acuden a urgencias y están en el hospital más de 4-5 horas, los familiares que van a visitar a pacientes ingresados y el propio personal sanitario, de seguridad, limpieza y mantenimiento.
Todas estas personas pasan una gran cantidad de tiempo dentro de un edificio y la disponibilidad de comida y bebida durante las 24 horas suele ser una necesidad. ¿Qué ocurre cuando pasas horas o días acompañando a un familiar y no hay restaurantes abiertos cerca o supermercados 24h?
El vending ha dado un paso hacia delante no solo por su capacidad de adaptación (el stock se puede modificar de forma inmediata en función de las necesidades de cada momento), sino que las máquinas se pueden desinfectar de forma continua y sencilla, evitando cualquier riesgo de contacto.
¿En los últimos meses has usado más el servicio de vending de tu trabajo o de algún hospital?