La distribución automática está cambiando el mundo de la restauración hasta el punto de que ya se diseñan los espacios específicamente para cada tipo de cliente. La capacidad de adaptación del vending ha hecho que sean la primera opción de restauración para muchos espacios en los que una cafetería o restaurante tradicional plantea muchas cuestiones.
El concepto de “estación de servicio” ha evolucionado mucho desde los años 90 y hemos pasado de una pequeña cafetería con máquinas de tabaco y un par de cajas de snacks a zonas donde el cliente puede conseguir todo lo necesario para continuar su viaje. Un córner de vending puede ofrecer snacks y bebidas rápidas, pero, al mismo tiempo, comida elaborada y platos completos, así como accesorios de tecnología, o productos de parafarmacia.
El vending cada vez incluye más productos y servicios y asciende puestos en la escala de preferencias de los clientes, pasando de ser una opción conveniente a una zona de paso obligado. Para los empresarios es una línea de negocio que se traduce en ingresos fijos de forma constante y en un mayor flujo de clientes, para los compradores un espacio de vending es una zona donde cubrir una necesidad a buen precio y de forma rápida sin colas.
La popularidad del vending y el cuidado con el que diseñan cada espacio ha hecho que incluso cadenas de cafeterías tan potentes como Starbucks tengan que rediseñar su estrategia de negocio instalando corners de pick-up en puntos estratégicos para intentar competir y recuperar a los clientes que no quieren hacer cola en hora punta y que ya no van a sus cafeterías.
Al final del día, no basta con tener una marca potente porque el consumidor evoluciona a un ritmo tan rápido que nos obliga a estudiar cada uno de nuestros pasos para anticiparnos a sus necesidades.