España es un país donde la cultura de las cafeterías y el bar está muy presente, tanto que somos uno de los países donde es menos frecuente que la gente pida café para llevar, o como dicen los millenials: “coffee to go”.
Este modelo de negocio lleva en expansión varios años de la mano de las franquicias de cafeterías americanas más populares, pero, como sólo están presentes en los núcleos de población más grandes, no llegan al grueso de la población y ahí es donde el vending está cambiando las reglas de juego.
Mientras que en países como Noruega es muy común llevarse un café para tomar por la calle de camino a casa después de comprar el pan, en nuestro país este concepto sólo es compartido por los más jóvenes, siendo algo totalmente ajeno para los mayores de 40 años. Entonces, ¿por qué decimos que el vending está cambiando los hábitos de consumo de la gente?
Básicamente porque las máquinas de vending son sinónimo de facilidad de uso, sus usuarios no tienen que hacer cola, son fáciles de instalar en cualquier parada de metro, bus o en cada esquina de los aeropuertos, universidades u oficinas. En resumen, el vending es mucho más accesible y se ajusta mejor a las necesidades que tienen las personas hoy en día.
Y es que, cada vez son más frecuentes los desplazamientos largos de camino al trabajo o la universidad, un aumento del tiempo que pasamos en el transporte público o en nuestro coche y que nos deja poco tiempo para parar a desayunar en una cafetería tradicional. Comprar un café para llevar es una forma de ahorrar tiempo, con la ventaja de poder tomarlo mientras estamos esperando en un atasco, sentados en el metro o mientras andamos hacia la oficina esquivando al resto de peatones que miran sus teléfonos móviles.
En Japón el “coffee to go” ya representa el 48% de las ventas totales de la industria del café, en Francia o Alemania el 17% y en España sólo el 3%.
¿Crees que esta tendencia cambiará de forma significativa en los próximos años gracias al vending?