Si crear una empresa desde 0 ya es una misión complicada, entrar en un sector como la alimentación es incluso más difícil. La competencia entre marcas es tal que es muy improbable conseguir el apoyo de las grandes superficies para que vendan nuestros productos si no tenemos referencias antes.
En los últimos años estamos viendo como numerosos emprendedores están creando nuevos negocios para modernizar la industria alimentaria y satisfacer una demanda creciente de productos diferentes (biológicos, veganos, alimentación saludable, platos preparados, comida fresca, etc).
Una buena forma de conseguir llegar a más gente es usar el vending como canal de distribución. No sólo es sencillo de implementar, sino que se puede controlar el stock de productos de forma rápida y los costes son mucho menores que el de introducir nuestra marca en una gran superficie.
Otra de las ventajas del vending para vender productos es que puede expandirse a muchas localizaciones en poco tiempo y con una inversión de dinero menor que la de abrir locales propios.
El vending otorga autonomía a las empresas y les permite retener un margen de beneficios mayor, mientras que, si se posicionan productos en una tienda tradicional, estas suelen quedarse entre un 30 y un 50% del precio total de venta al público.
En cierto modo podemos decir que el vending es una herramienta para mantener un negocio de forma independiente sin tener que pagar el precio de formar parte de una cooperativa o cadena de distribución física.
¿Qué te parece? ¿Alguna vez has tenido dificultades para ampliar tus puntos de venta?