A nivel económico siempre se ha dicho que Japón es un país que funciona como experimento social, político y económico para el resto de occidente. Al ser una sociedad ejemplar, aislada en cierto modo, muy contenida en todos los niveles, y que ha experimentado desafíos económicos con un éxito sin precedentes, es inevitable que el sector del comercio se fije en ellos para vislumbrar su futuro.
Los comercios minoristas, los hoteles y los restaurantes están experimentando cambios en los patrones de consumo que hacen disparar todas las alarmas. Estamos ante una nueva era donde el consumo del retail y del ocio aumenta, pero, al mismo tiempo, golpea a los negocios más tradicionales que no están sabiendo adaptarse.
Incluso grandes tiendas online como Amazon están experimentando con tiendas a pie de calle donde un complejo sistema de cámaras y neveras inteligentes (que recuerdan a una máquina de vending) sustituyen a los cajeros de siempre. Nadie sabe cuál será la siguiente revolución del retail, pero la inversión en I+D no deja de crecer para no quedarse a la cola.
Expertos dirigen su mirada a países como Japón, donde miles de negocios han encontrado en el vending una solución perfecta para ser más competitivos. Allí es muy común que los pequeños negocios tengan en la puerta varias máquinas de vending con los productos más demandados por sus clientes. De esta forma, pueden tener ingresos 24 horas y festivos, sin tener que afrontar el coste que supondría abrir durante 24 horas.
Los pequeños negocios no pueden competir con un hipermercado, pero pueden utilizar el vending para diversificar su negocio y mejorar los ingresos pasivos. La clave está en combinar lo mejor de un negocio tradicional con los avances tecnológicos del momento.