Atrás queda la época en la que nos conformábamos con el típico café de barrio en nuestra cafetería de siempre. El consumidor español se está volviendo exigente, está comenzando a valorar aspectos del café como el origen, los diferentes matices de un tipo u otro, o la cultura del barista.
La realidad es que, si pensamos por un momento, seguro que recordamos la apertura de una cafetería cerca de nuestra zona donde, desde la decoración hasta la oferta de cafés disponibles esté orientada a clientes “expertos” y a consumidores exigentes.
Las 5 cosas que más valoramos son:
1. Calidad: Cada día prestamos más atención a la calidad y a que el café que consumimos sea más natural. El café de supermercado es el enemigo y, sin tener que desembolsar grandes cantidades de dinero, hemos conseguido que la importación de variedades de café sea una norma en un sector que, tradicionalmente, ha sido bastante rígido.
2. Sostenibilidad: Otra de las claves del consumo de café en España es el interés que tienen los clientes porque ese café provenga de zonas que respeten el medio ambiente. Está demostrado que al cliente no le importa pagar un poco más de dinero si eso conlleva la sostenibilidad del sector, la satisfacción es mayor que el gasto económico.
3. Certificación de origen: Todos hemos oído historias de abusos hacia los agricultores por parte de las grandes compañías cafeteras. La certificación de origen, el comercio justo y el café que se produce de forma respetuosa con todos los eslabones de la cadena, es un requisito indispensable.
4. Baristas: Los amantes del café saben que no hay mayor placer que ver como otro apasionado del café prepara esta bebida con técnicas profesionales fuera del alcance de nuestra mano. Ya sea por el equipo que usan, la técnica o su experiencia, las cafeterías con baristas profesionales están en auge.
5. Disfrutar a fuego lento: Al igual que el tueste o el secado de café es mejor si se realiza poco a poco. La nueva generación de cafeterías ha cambiado de forma radical nuestros hábitos de consumo. Ahora predominan los espacios amplios, sillones, wifi, cargadores para el teléfono móvil o incluso libros. La idea de este nuevo tipo de cafeterías es que el cliente pueda pasar varias horas allí y se conviertan en un punto de reunión social.