En ocasiones anteriores hemos hablado sobre como el café era la bebida más consumida a nivel mundial después del agua e incluso por encima del té. Pero lo que ahora nos llama la atención es que, el café acaba de desplazar al vino como la bebida favorita de los sibaritas culinarios.
El vino es una bebida que tiene una larga tradición en la gastronomía de la mayoría de países. No sólo se premian anualmente plantaciones de uva, bodegas y vinos a título particular, sino que existe una amplia red de coleccionistas de botellas de vino.
Ahora vuelve a confirmarse la tendencia de que, el café es tan popular entre la gente joven que estamos desplazando a la generación de nuestros padres. Y es que, mientras que una persona no comienza a beber vino de forma regular hasta bien entrados los 20 o incluso los 30 años, los jóvenes comienzan a beber café, desde edades cada vez más tempranas, lo que ha hecho que más tarde se conviertan en clientes exigentes.
Una persona que lleva bebiendo café durante 10 o 15 años, desarrolla un paladar que le permite degustar cada taza de café de forma distinta. Apreciando los matices, su aroma, el regusto amargo y el cuerpo de esta bebida, como si fuese un juego.
Además, la tolerancia social al café es total, mientras que hay una gran parte de la sociedad que no ve bien el consumo diario de vino, por ser una bebida que contiene alcohol y puede derivar en conocidas patologías médicas.
Países con una larga tradición de cerveza o vino como son Reino Unido, Francia o España han visto como el número de cafeterías ha aumentado de forma constante, mientras que el número de pubs y discotecas no deja de descender. Sólo en Reino Unido el mercado de café ha aumentado, mientras que el vino ha bajado su facturación y no llega ni a la mitad que el café.