Una de las cosas que siempre me han llamado la atención es que el café siempre se suele enfriar bastante rápido, hasta el punto de que alrededor de esta bebida hay todo un mercado de termos, tazas especiales o vasos diseñados para mantener la temperatura.
Analizando los factores que afectan a la temperatura del café hemos llegado a la conclusión de que el tiempo de enfriamiento está determinado por 3 causas: la temperatura a la que se prepara el café, el recipiente y la superficie de la taza.
Tenemos que partir de la base de que el café se enfría antes porque se prepara a una temperatura inferior al de otras infusiones como el té. Mientras que el té se hace a temperaturas que sobrepasan los 100 grados, el café se prepara entre los 85 y los 70 grados, dependiendo del tipo de máquina y su estado.
También influye el recipiente, y es que una taza de café suele ser gruesa y tener una proporción de material mucho más alta que la de un té. Una taza de té suele tener 250 ml de agua y su peso no llega a los 100 gramos, mientras que una taza de un espresso contiene 45 o 50 gramos de café y la taza pesa también unos 100 gramos, por lo que el contenido líquido tiene que mantener caliente una superficie mucho mayor en proporción.
Otra de las cosas que influyen en que el café se enfríe con rapidez es la superficie que está en contacto con el aire. Una taza típica de té inglés tiene una superficie un 10% inferior a la de una taza de un espresso.
No obstante, los expertos recomiendan tomar más tazas de café pequeñas, en vez de una grande que tengamos que recalentar repetidamente a lo largo de la mañana.