Mientras vamos cumpliendo años nos damos cuenta de la importancia que tiene el cuidar la alimentación para tener buena salud. Durante la infancia y la adolescencia cometemos ciertas “locuras” que pasan desapercibidas pero que de adultos no nos podemos permitir si queremos tener buena salud, siendo uno de los primeros productos que debemos eliminar de nuestra dieta las bebidas energéticas.
Durante la década de los 90 y especialmente durante los primeros años del 2000, las bebidas energéticas ricas en taurina se volvieron muy populares, hasta el punto de que la gente las tomaba como si fuesen un refresco normal. Años más tarde y tras numerosos estudios científicos se llegó a la conclusión de que estas bebidas tenían una gran cantidad de componentes perjudiciales para la salud y se recomendaba no consumirlas.
Por suerte para todos los estudiantes, los trabajadores en turnos de noche o todas aquellas personas que usaban bebidas energéticas para tener un aporte extra de energía, tenemos a nuestra disposición una alternativa natural y sana que también nos ayuda a mejorar la concentración y a terminar el día sin morir en el intento: el café.
El café es todo lo opuesto, química y nutricionalmente, a las bebidas energéticas que podemos imaginar. Mientras que las bebidas energéticas son ricas en azúcar, taurina, conservantes, aditivos y saborizantes (lo que provoca alta presión sanguínea, insuficiencia renal y problemas cardíacos), el café es una bebida natural cuya composición es rica en minerales (potasio, magnesio), vitaminas (B2, B5) y más antioxidantes que la mayoría de las frutas.
Si necesitas un poco de energía extra, el café te proporciona energía de forma natural gracias a la cafeína, una sustancia natural que viene acompañada de vitaminas, minerales, antioxidantes y una serie de elementos que cuidan tu salud.
El café es la elección inteligente si quieres cuidar tu salud. ¿Tú que prefieres?