Cuando un negocio va bien y empieza a crecer, mudarse a una oficina más grande es el siguiente paso lógico. El problema es que la demanda de oficinas ha crecido tanto que los pequeños y medianos negocios se están quedando sin opciones. La comodidad que ofrecen y la posibilidad de mejorar el ambiente de trabajo con espacios de vending y de relax las convierten en espacios muy deseados.
La popularización del coworking hizo que se disparase la construcción de un gran número de edificios destinados a alquiler de oficinas, una supuesta burbuja que ha resultado no ser tal, y encima es un boom que se ha quedado corto. La recuperación económica y el creciente número de personas que crean su propio negocio hace que cada vez sea más necesario suelo de oficinas.
Cuando en Madrid se construyó el famoso complejo de 4 rascacielos al lado del Hospital de La Paz fueron muchos los que se llevaron la mano a la cabeza y calificaron la obra de pelotazo urbanístico, resaltando que en el momento de terminar la obra quedaban muchas plantas de varios rascacielos sin alquilar porque no había demanda. La realidad le ha dado la vuelta a la tortilla, haciendo que incluso en este momento se esté empezando a construir un quinto rascacielos porque la demanda de espacios de oficina no deja de subir.
Los edificios de oficinas también se alquilan para la creación de hoteles, centro de formación, organizaciones públicas, bibliotecas, gimnasios y muchas start-ups. Para un emprendedor es mucho más cómodo alquilar una oficina que un local en el centro, cuyo precio suele ser mucho más alto y está más orientado a una tienda que genere ingresos a corto plazo.
Otra de las ventajas de los edificios de oficinas es que el espacio del que un negocio dispone es ampliable según sus necesidades. Es mucho más sencillo alquilar más habitaciones o una planta más que encontrar locales comerciales anexos en una ciudad.