Al igual que sucede con el vino, uno de los grandes atractivos del café está en la posibilidad de probar los distintos tipos que hay en cada ciudad. No sólo podemos experimentar viajando, sino que, hoy en día, es muy común encontrar distintas variedades de café, que son muy populares en otros países, al alcance de nuestra mano gracias a la importación y a la distribución masiva.
Para conocer de primera mano las características que hay que valorar cuando probamos un nuevo tipo de café, os hemos preparado una lista con 5 claves esenciales:
1. Aspecto visual: A pesar de que a priori es lo que más llama la atención, lo cierto es que es la parte menos importante a la hora de clasificar un café. El color, aspecto o las partículas insolubles son un indicador de calidad, que difiere mucho de ser sinónimo de calidad. El patrón visual del café es radicalmente distinto cuando se analiza detenidamente.
2. Aroma: La fragancia del café recién hecho es uno de los olores más valorados por los consumidores. Este es uno de los factores más complejos y que está asociado directamente con el origen del café; dependiendo del país de origen, el tipo de destilación o la tierra en la que se ha criado, el aroma puede ser floral, vegetal, herbáceo o afrutado.
3. Sabor: Esta es sin duda una de las claves más difíciles de interpretar. Básicamente porque la capacidad de percepción de la calidad del café y sus diferentes matices sólo se adquiere cuando han pasado años de consumo continuado. Mientras que el público general se queda en dulce, salado, ácido o amargo, un experto en café sabe percibir la personalidad de un café, como los matices que aparecen cuando han pasado unos segundos después del primer sorbo.
4. Cuerpo: Esta característica es fundamental a la hora de evaluar un café. Identificamos el cuerpo del café por la densidad de la bebida y los elementos en suspensión como la grasa o el aceite.
Aquí hay que tener cuidado porque muchas personas confunden el cuerpo con la intensidad del sabor. Que un café tenga cuerpo no es sinónimo de que sea fuerte, aunque en ocasiones coincida.
5. Origen: Tan sólo conociendo el país o la región de la que proviene el café que estamos tomando conseguimos información muy valiosa. Y es que, la composición química de la tierra, la calidad del agua, la temperatura y la exposición al sol hace que un mismo tipo de café tenga connotaciones diferentes en cada sitio.
