Reconócelo, quien más o quien menos cuando llega el verano nos planteamos algún que otro método para tomar café sin multiplicar los efectos de las altas temperaturas. Mientras que en invierno el café es una bebida perfecta para mantenernos calientes durante la jornada, en verano su temperatura suele ser una pesadilla.
La curiosidad radica en que casi nadie espera a que el café se enfríe de forma natural, sino que le añaden hielo para que se enfríe rápido.
¿Sabías que el café de calidad no pierde el sabor cuando se enfría? Cuando tomamos un buen café, no importa si está ardiendo o si está templado porque podremos seguir apreciando sus características. Sin embargo, al añadir hielo cambiamos la proporción de agua y alteramos los aromas y el sabor.
Cualquier experto en café sabe que la proporción de agua y café es clave para conseguir un resultado óptimo y añadiendo hielo los parámetros alteran el resultado agresivamente.
Otro factor que influye es la calidad del hielo ya que es prácticamente imposible que esté hecho con el mismo agua con la que hemos preparado el café. ¿Cómo controlamos el origen del hielo? Las máquinas de hacer hielo se ensucian fácilmente y cogen sabor.
La acidez también es un tema a tener en cuenta, ya que si utilizamos un café que tenga un nivel de acidez alto, al mezclarlo con hielo podemos hacer que esta se dispare y estropee el sabor del café.
No obstante, no todo son desventajas, si nos gusta el café suave el hielo es una buena solución para volverlo más dulce al reducir la concentración del mismo. Pero si te gusta el café amargo y potente, el hielo es tu mayor enemigo.
¿Qué opinas de añadir hielo al café? ¿Sacrificarías el sabor del café a cambio de una bebida fresca?