Recientemente me ha llamado la atención un artículo del Financial Times en el que señalan como en San Francisco está triunfando una cafetería que tiene a un robot ejerciendo las funciones de un barista “humano”.
Lo que podría traducirse cómo un titular más, una anécdota sin mayor trascendencia, esconde uno de los pasos más importantes que está realizando la industria de café a nivel mundial.
Y es que, ¿qué ocurre en esas zonas donde no sale rentable ofrecer un servicio de barista durante 24 horas? ¿Cómo podemos seguir ofreciendo café de calidad a los clientes?
Mantener un equilibrio entre ingresos y gastos es un ejercicio complejo, por suerte, los nuevos avances en tecnología permiten que, mediante máquinas de vending que tienen la capacidad de preparar café con tantas opciones como un barista, sigamos ofreciendo a los clientes el tipo de café que quieren.
Nos guste o no, una cosa está clara, los clientes de café son cada vez más exigentes, aumentan el consumo de esta bebida y quieren tomarlo de una forma específica que sólo un profesional o una máquina moderna es capaz de preparar.
¿Sabías que gracias al vending se puede ofrecer servicio de café 24 horas al día sin interrupción?
No importa si visitamos una pequeña estación de autobuses, estamos en la sala de espera de un centro de salud o en un aeropuerto de madrugada, ahora tenemos al alcance de nuestra mano la posibilidad de tomar café de calidad y especificando múltiples factores como la cantidad de azúcar, leche, café, etc.
Últimamente escuchamos titulares en la prensa sobre la incorporación de robots al mercado laboral y la automatización de la producción. Pero yo lanzo una pregunta, ¿y si en vez de alarmarnos aprovechamos el poder que nos da la tecnología para usarla a nuestro favor?
El ser humano se ha caracterizado siempre por saber adaptarse a cualquier cambio, y el sector del café ya ha movido ficha en la dirección correcta.