La Organización de las Naciones Unidas ha anunciado recientemente que el uso de técnicas de agroecología ha conseguido producir café a baja altura y en condiciones poco favorables. Más de 130 agricultores han tenido éxito implementando estas medidas en una región donde la sequía estaba generando un caos entre las familias de la zona.
El objetivo de este estudio es el de diversificar la economía de países como Panamá, creando 130 puestos de trabajo directos (600 indirectos), y demostrar que el calentamiento global no tiene por qué mermar la producción de café si se toman las medidas adecuadas para habilitar espacios pensados especialmente para este fruto.
La altura en la que se cultiva el café es importante porque impacta de forma directa en el sabor del mismo, en su aroma e incluso en el tamaño de los granos. La variedad arábica suele cultivarse en alturas de entre los 800 y los 2100 metros, mientras que la variedad robusta se cultiva entre los 500 y 1200 metros.
Otro de los motivos por los que la altura influye en el café es porque la variedad arábica se desarrolla mejor en climas fríos (accesibles a una altura superior) y la variedad robusta prefiere climas más cálidos.
Combinando los últimos avances en agroecología, los productores son capaces de cultivar café de calidad a una altura inferior a la que se suele hacer tradicionalmente sin renunciar al aroma o al sabor del mismo.
Os hemos hablado en varias ocasiones de la alarma que hay en el sector del café por el aumento de las temperaturas, la erosión de los campos de cultivo y la dificultad de responder a la creciente demanda de café, sin embargo, las Naciones Unidas han dado un paso de gigante hacia la conservación de uno de los sectores más importantes a nivel mundial para el PIB de muchos países.