Cada día somos más los que tenemos que dejar la comodidad de la oficina para salir de viaje constantemente. Ya sea para asistir a reuniones o para controlar que el desarrollo de los planes de la empresa funcionen de forma correcta, lo cierto es que la movilidad geográfica se ha convertido en la rutina de muchos trabajadores.
¿Qué ocurre cuando llegas a tu hotel entrada la noche y el servicio de cocina o cafetería está cerrado?
Este tipo de problemas es algo que ni nos planteamos en nuestra vida diaria pero con los que cualquier viajero podrá sentirse identificado. Los horarios para comer suelen generar conflictos, más aún si visitamos un país con un horario distinto al nuestro.
En mi caso, como suelo viajar varias veces al año a la misma ciudad me gusta alojarme en el mismo sitio. Y lo que más me sorprendió la última vez es que, a pesar de tener un restaurante magnífico, han integrado un servicio completo de vending justo al lado.
Y lo que en un primer momento me parecía contraproducente ha resultado ser un completo éxito.
Durante los 3 días que estuve pude ver como un flujo constante de personas acudía a comprar bebidas o comida. Porque el cliente sabe lo que quiere, cuando prefiere hacer una comida copiosa o cuando sólo quiere un café rápido sin tener que hacer cola y pasar por caja.
Las noches son quizá el momento en el que más se agradece contar con máquinas de vending en un hotel. Trabajar por la noche es duro, sobretodo cuando estás dando los últimos retoques a una presentación que tienes a primera hora de la mañana del día siguiente y un café recién hecho te salva la vida.
¿Sabías que ya hay máquinas de vending que funcionan como un barista? Tienen la capacidad de preparar distintas variedades de café, puedes elegir la cantidad de azúcar, leche, espuma, sin importar la hora que sea o si la cafetería está cerrada. Y así, sin esperarlo, el vending se convierte en el mejor compañero de viaje que uno puede encontrarse.