Todos sabemos que con la subida generalizada de la temperatura por el cambio climático, las consecuencias se están volviendo imparables.
¿Sabías que por cada grado que sube la temperatura la producción de café se reduce en casi 140 kilos por hectárea?
Con la última actualidad política la lucha contra el cambio climático se recrudece
A nadie se le ha escapado estos días como ha desaparecido de internet la plataforma de lucha del medio ambiente de la Casa Blanca. Los nuevos dirigentes de Estados Unidos han decidido que para aumentar la competitividad de su país frente a China deben hacer desaparecer del mapa cualquier tipo de limitación.
Según los últimos acuerdos internacionales, cada país tiene una cuota anual de emisiones de CO2 a la atmósfera. Un porcentaje que se supera con creces y por el que hay que pagar una penalización. También hay que sumar otro tipo de gastos extra como el uso de filtros especiales en las fábricas, coches, y un largo etcétera; un esfuerzo importante que, según la Administración de Trump, “es un cuento chino”.
¿Qué ocurre cuando un jugador tan importante se retira del partido? Pues en agricultura, puede significar un desastre de grandes magnitudes.
No hablamos ya de aranceles y presión fiscal por las importaciones de café. Lo más peligroso es la contaminación del suelo, de los ríos, los vertidos tóxicos y demás barbaridades contra las que se ha luchado para poner fin.
Sin un límite claro, definido y protegido por la ley, no tardaremos mucho en volver a ver noticias de cosechas de café contaminadas, lo que se traducirá en una reducción de la producción y en el aumento de los precios a escala mundial.