Identificar los rasgos que diferencian a un buen café de uno malo no es complicado si estamos acostumbrados a tomar café desde hace años pero, si nos estamos iniciando en el placer de esta bebida o nunca hemos prestado atención a estos detalles, seguro que estos conocimientos te interesarán.
Dentro de un café hay presentes más de 400 componentes orgánicos, inorgánicos y químicos. Y, dependiendo de la proporción de las mismas, obtendremos un resultado u otro.
Las cinco características que definen un café y que debemos identificar de forma correcta son:
1. Cuerpo: Es la sensación táctil dentro de la boca, dependiendo de su contenido graso y sólidos solubles tendremos una sensación de ligereza distinta. Cuanto mayor es el tostado más cuerpo tiene el café.
Es importante no confundir la “concentración” y la “extracción” con el “cuerpo”. La concentración es el % de café que hay en el vaso, mientras que la extracción es el % de café que se transforma en bebida.
2. Aroma: El aroma se compone de los matices que tiene el olor. Es uno de los símbolos del café y hasta que no se tuesta el café verde no se pueden apreciar.
El tiempo de tostado influye de forma directa en el aroma ya que, mientras que es necesario para despertar el olor, también puede destrozarlo si nos pasamos con el tiempo de tostado.
3. Sabor: El sabor es la sensación que tenemos en el paladar tras probar el café. La influencia del café es muy potente porque tiene la capacidad de embriagar el sentido del gusto y del olfato al mismo tiempo, una característica que ha ayudado a que esta bebida sea la más consumida a nivel mundial después del agua.
En el sabor final influyen múltiples factores como el tueste, la tierra donde se ha cultivado, las distintas especies de café o el uso de otros elementos como leche o azúcar.