El proceso de tostado es una de las partes más importantes para conseguir un buen café, por lo que tenemos que prestar especial atención a como realizamos este paso. Una de las reglas de oro que tendremos que respetar siempre es que el tostado se realiza antes de mezclar tipos de café diferentes.
Cada variedad de café tiene unas características diferentes, como la capacidad para mantenerse húmedos. Si mezclamos diferentes tipos de café, algunos granos podrán perder mucha humedad y quemarse, mientras que otros pueden tener demasiada y no tostarse de forma adecuada.
Tipos de tostado del café
Diferenciamos dos tipos principales de tostado del café, el natural y el torrefacto, siendo el primero de estos el que se usa para el café de mayor calidad.
– Tostado Natural: Es el procedimiento más común y consiste en meter los granos de café en un bombo que gira y a través del cual fluye una corriente continua de aire caliente.
– Tostado Torrefacto: Este tipo de tostado es el que se usa cuando añadimos azúcar en el momento del tueste, suele dar lugar a un tipo de café de menor calidad y era muy popular hace décadas en los países más deprimidos económicamente.
El tostado es una parte fundamental que influye de forma directa en el sabor que obtendremos al beberlo: acidez, aroma, dulzura, color o cuerpo son sólo algunas de las características que el tostado puede modificar.
Una vez tostado el café, es imprescindible protegerlo del aire, ya que el oxígeno oxida el café, estropeando su sabor y erosionando sus aromas naturales. Los amantes del café recomiendan guardarlo en un paquete sellado y en un lugar fresco y seco (frigorífico en verano).