Se acerca el invierno y, a pesar de las locuras del tiempo debido al cambio climático, cada vez nos va apeteciendo más un café calentito para entrar en calor y recuperar un poco de energía para afrontar la jornada.
Del mismo modo que os hemos ido hablando sobre algunos secretos del café, o hemos desmontado mitos señalando que un café de alta calidad también se puede tomar frío sin alterar su sabor, hoy vamos a centrarnos en una tarea repetida por muchos a diario: recalentar el café.
Ya sea porque solemos preparar una jarra de café grande para ir echándonos a lo largo del día, o porque somos de los que apuramos una taza durante 3 horas. Lo cierto es que cuando hace frío a casi nadie le gusta tomar el café destemplado y toca volver al microondas.
Sin embargo, muchos expertos señalan que no hay que recalentar el café en el microondas porque esto destruye una gran parte de los aromas que quedan en la bebida. Al parecer, la mejor forma de recalentar un café es en un fogón a baja temperatura o, en su versión más moderna, una cafetera eléctrica que mantenga el café a buena temperatura durante toda la mañana.
Así que si te gusta tomar buen café y disfrutar siempre de su máximo sabor y propiedades no te quedará más remedio que prepararlo en ese momento o volver a encender el fuego y esperar un rato a que se caliente.
Según la Federación Española de Café, los españoles consumimos más de 170.000 toneladas de café al año, una cifra que se traduce en casi 2 tazas al día por persona. Esto hace que cada vez conozcamos mejor esta bebida, su forma de preparación y se le de una importancia excepcional a la calidad del producto y el molido, que son las claves más importantes para que un café sea exquisito.