Si hacemos una encuesta a pie de calle preguntando qué es lo que hace que el café nos quite el sueño, todo el mundo contestará que la cafeína. Pero ¿sabemos realmente cómo influye químicamente el café en nuestro organismo?
Para comprender el mecanismo del sueño tenemos que empezar por comprender que la sensación de “cansancio” es un mecanismo natural del cuerpo para que entremos en un estado de reposo necesario para regular el organismo y reparar los tejidos y estructuras que han sufrido cambios (o daños) a lo largo del día.
La adenosina es una sustancia que se crea al extraer energía de los azúcares y que tiene la capacidad de activar receptores de las neuronas indicando que tenemos sueño y necesitamos dormir. Y aquí es donde entra el café, ya que su composición química es tan parecida a la adenosina que evita que esta sustancia pueda activar la neurona y evita que se transmita el mensaje de cansancio.
Otro de los efectos positivos del café en el organismo es su influencia en la presencia de adrenalina, lo que permite que estemos alerta y mejoremos el estado de nuestros reflejos, al mismo tiempo que estimula nuestro cerebro y aumenta de forma positiva el ritmo cardíaco.
Por este motivo, pese a que la cafeína y la teína son sustancias muy similares, como el té no influye sobre la actuación de la adenosina, el efecto del café es mejor para nuestro cuerpo si necesitamos energía extra durante nuestra jornada o mantenernos despiertos en el trabajo durante la noche.
Y es que, aunque consumimos café simplemente por el placer de su sabor y su aroma, no podemos olvidar que es uno de nuestros grandes aliados cuando pasamos por un período de estrés y agotamiento intensivo en el trabajo o la universidad.