Son muchas las personas que toman café frío tanto en verano como en invierno y, aunque los más puristas afirman que el café caliente es mejor para apreciar el aroma y sus matices, nosotros hoy nos vamos a centrar en el aspecto de la salud y el café. ¿Cuál es mejor para nuestro organismo?
Para salir de estas dudas, la Universidad Thomas Jefferson de Filadelfia (Estados Unidos) y, en concreto, su departamento de Química y Bioquímica, han realizado una investigación extensa en la que han analizado múltiples tipos de café, recetas y granos con origen de 5 países diferentes: Etiopía, Brasil, México, Myanmar y Colombia.
El resultado de esta investigación, que podéis leer al completo en la revista Nature, revela datos muy interesantes como que el café caliente mantiene mejor sus propiedades antioxidantes, aunque hay valores que no suelen cambiar mucho como el pH. Sin embargo, la acidez del café varía bastante si lo preparamos de forma tradicional o en frío.
Hay que señalar que cuando hablamos de café frío no nos referimos al café normal de cafetera que enfriamos con hielo o leche. Sino del “cold brew coffee” que se popularizó en Estados Unidos durante la última década y que se elabora con una técnica de café infusionado en frío, que hace que el resultado sea mucho más dulce y suave que el café tradicional enfriado con hielo.
Al final de todo, el estudio señala que tanto el café caliente como el frío son beneficiosos para nuestra salud porque tienen antioxidantes, reducen la depresión, mejoran nuestro rendimiento físico y ayudan a prevenir una gran cantidad de enfermedades.