Vivimos en un contexto social donde por motivos que todos conocemos nos hemos visto obligados a extremar las precauciones relacionadas con nuestra economía al extremo. La imposibilidad de predecir el éxito de una inversión hace que la mayoría de ciudadanos, con un perfil inversor conservador o mixto, busque negocios con una tasa de retorno alta.
Arriesgar dinero en la situación actual es difícil, por eso el vending se ha convertido en un valor refugio. Gracias a la posibilidad de conocer el precio de compra y venta, así como el margen de beneficios, las personas que invierten en vending tienen mayor seguridad que las que dependen de un sistema donde los precios fluctúan de forma continua.
Conocer el punto muerto es clave para el éxito de un negocio
La expresión “punto muerto” se ha popularizado por las cadenas hoteleras, que denominan así a la cantidad de dinero a partir de la cual empiezan a ganar dinero. Este cálculo se hace restando los gastos fijos a los ingresos totales.
A nivel empresarial conocer nuestros gastos fijos y el margen de beneficios es un dato con un valor incalculable. En base al punto muerto, podemos determinar el nivel de rentabilidad de un proyecto de vending en una zona determinada.
Además, gracias a la mejora de eficiencia energética en las máquinas de vending actuales, la factura mensual de electricidad es mucho más reducida que con las máquinas de vending de hace 10 años.
Otro de los factores determinantes en el éxito del sector del vending se debe a la versatilidad de las máquinas. Podemos elegir una máquina de café que ofrezca un servicio al cliente similar al de un barista, con numerosas combinaciones de café, o podemos incorporar vending con bebidas frías, artículos como libros o incluso comida y videojuegos.
Por último, además de ser un negocio con un retorno de inversión muy alto, el vending nos permite ofrecer una flexibilidad de horarios enorme. Las máquinas de vending funcionan durante 24 horas, no tienen turnos ni horarios, y al devolver el cambio exacto también solucionamos de un plumazo los problemas de cuadre de caja.